Ayer se disputó el clásico de los clásicos en el baloncesto norteamericano, el Celtics-Lakers. Los Celtics llegaban a Los Ángeles tras haber perdido en Phoenix, mientras que los Lakers llegaban al partido tras una dolorosa derrota en casa contra los Kings. Desde el primer momento se pudo ver un partido intenso entre dos equipos que se conocen bien y que saben lo que han de hacer para parar al rival. Hasta el descanso la cosa fue igualada, aunque los Celtics siempre dieron mejor impresión como equipo que los Lakers. Kobe tiraba del carro, vista la inoperancia de sus compañeros. Hemos llegado a un punto que creo que lo mejor es volver al "Kobe sistema", visto que el grupo no responde.
En el tercer cuarto se pudo ver a unos Celtics que saben a lo que juegan, con Rondo mostrando la gran visión de juego que tiene, Allen penetrando o ejecutando de fuera, Pierce enchufadísimo, y Garnett desquiciando a Pau con la mirada y sus movimientos al poste bajo. En los Lakers sólo Kobe daba muestras de regularidad, y gracias a sus puntos se llegaba con tres abajo al último cuarto. En ese último cuarto los Celtics pasaron por encima de unos Lakers sin ideas, en donde los 41 puntos de Kobe no bastaron. Se vio, una vez más, a un Gasol abatido, sin ideas, que no resuelve y que no está demostrando nada. Hace un año Kevin Love decía que Gasol no era tan bueno como él, hoy en día se ve que no iba tan mal encaminado, viendo que si con 22 años tiene esos números, veremos con 30 qué hace.
Los Lakers han de espabilar si quieren llegar incluso a unas hipotéticas finales de conferencia, porque pensar en anillo, al menos a día de hoy, se me antoja harto complicado. Felicitar a los Celtics porque tienen un gran esquema de juego, con dos ejecutadores en las alas como Pierce y Allen y un juego interior que es el mejor de la liga. Si no hay problemas deberían jugarse con los Heat una plaza en la final.
La única nota positiva fue que Kobe alcanzó los 27.000 puntos en su carrera NBA, felicidades.
