23 años después

Hace 23 años nos dejaba uno de los grandes del baloncesto español, Fernando Martín. Martín fue, hasta la llegada de Pau Gasol, el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. Él fue el gran pionero de los jugadores españoles, y por ende, europeos, en su peregrinaje hacia la NBA, un baloncesto que en aquella época, años 80, estaba cerrado al talento europeo. No es que el bueno de Martín triunfara en la NBA, nunca tuvo oportunidades, ni un entrenador, Mike Schuler, que confiara en él ni en los europeos, pero el carisma de Fernando quedó patente, por primera vez alguien ponía un acento en su camiseta de juego en la NBA, algo que la NBA nunca había autorizado hasta la fecha. Pero como hemos dicho, Fernando nunca triunfó en la NBA, nunca tuvo tiempo ni minutos para demostrar toda la clase y el valor demostrados, primero, con el Estu y posteriormente con la selección española y el Real Madrid. Con España y con el Madrid fue donde más y mejor jugó, cosechando aquella histórica medalla de plata olímpica ante los Jordan, Ewing y compañía en Los Ángeles 84, además de otra plata en el Eurobasket de Nantes 83. Con el Madrid obtuvo innumerables éxitos colectivos y marcó una época en sus duelos personales con el barcelonista Audie Norris, durante todas las batallas que ambos libraron en los 80. Cuando Fernando estaba en su madurez deportiva, 27 años, llegó aquella fría y terrible tarde madrileña del 3 de diciembre de 1989, en la que Martín murió en la traicionera y peligrosa M30. Da más rabia saber que Martín no debía jugar ese partido contra el CAI, por problemas de espalda, pero como buen profesional allí estaba. Recuerdo escuchar la noticia por la radio y que, a pesar de contar sólo 9 años, la sentí muy cerca. Hoy, 23 años después, Fernando sigue siendo un ejemplo para las nuevas almas de este baloncesto, y siempre será un espejo donde mirarse. Esperemos que el Torneo de Navidad, torneo que siempre le homenajeó, vuelva a ser pronto esa realidad que era y que se le tribute el homenaje que se merece el gran Martín.