El guardián de la selección

Íker Casillas se ha convertido en el jugador que más veces viste la camiseta nacional. Con 127 entorchados supera a Andoni Zubizarreta y deja una marca dificilmente batible para el futuro de las generaciones de futbolistas que vistan la Roja. La de Íker es una historia de película desde que debutara en San Mamés a los 17 años. Desde entonces no ha parado de crecer como jugador y nadie ha podido desbancarle en las dos porterías en las que ha estado, y así seguirá siendo durante algunos años. A sus 30 años está en un momento inmejorable, ofreciendo seguridad a partes iguales tanto en la selección como en el Real Madrid, habiendo todo lo ganable tanto a nivel de selecciones como de clubes y demostrando que hoy por hoy es el mejor portero de España sin discusión alguna, aunque haya encontrado en Victor Valdés una gran competencia. Un portero que tiene una gran colocación, una fantástica orientación espacial y que sabe moverse y ser decisivo, que le pregunten a Robben en la final del Mundial. No es que debamos descubrir todas las grandezas de San Íker, pero sí reconocer todo lo que está haciendo por el fútbol español y por su equipo de toda la vida. Estará más o menos acertado, le influirá mejor o peor la visión que tiene Mou de ver el fútbol, pero Íker seguirá siendo ese chico sencillo, abierto y receptivo que todos conocemos y seguirá ofreciéndonos grandes tardes y noches de fútbol, ganándose así un hueco en la historia de este deporte