Hoy continúan las finales de la NBA. El cuarto partido se presenta como el partido clave. Esta noche veremos o un empate a 2, o la sentencia de los Heat con el 3-1. Pero los tres partidos anteriores han dado para mucho análisis. Antes de los mismos se pensaba en una lucha de estilos totalmente contrapuestos, el estilo defensivo de los Heat de Spoelstra contra el estilo alegre, vivo y veloz de los Mavs de Carlisle. Los Heat sabían muy bien lo que debían hacer. Como con los Bulls, tenían que aplicar su medicina y sellar las vías de escape del juego de Dallas. Lo hicieron con los Bulls anulando a Rose, pero con Nowitzky sabían que era imposible, ningún jugador de Miami puede con él, así que había que buscar otras alternativas, sellar el perímetro tejano que tanto daño había causado a Lakers. En el primer partido consiguieron frenar a Barea, un base eléctrico que se zampó a Lakers. También el perímetro de Dallas sufrió y, a pesar de sus 9 triples, no disfrutaban de tantos espacios abiertos, ya que Wade y Lebron estuvieron atentos a las líneas de pase para los robos y los "fastbreaks". Esta es otra de las claves de las finales, ya que permite que los Heat anoten puntos rápidos, y cuando el trío de oro se va a 60 o más casi siempre ganan. Nowitzky se fue a sus números y en los Heat brillaron los tres, si bien los 12 puntos de un secundario como Chalmers hicieron mucho daño, al igual que la recuperación de Haslem. Para el segundo partido se iban a repetir los mismos parámetros, defensa, el trío de los Heat buscando los 60 puntos, Dirk, la línea exterior tejana y el banquillo de los Mavs. Pues bien, el trío de los Heat siguió funcionando y anotó más de 60, destacando los 36 de Wade. Los Heat anularon la línea exterior de los Mavs y Barea siguió desaparecido, solo Terry consiguió anotar con fluidez. Miami pudo correr, pero desaprovechó 15 puntos de renta en el último cuarto, momento en el cual el general teutón reunió a sus tropas en pos de la remontada, una de las más grandes de la historia de las finales NBA. La eliminatoria se empataba y Dallas podía sacar pecho, ya que con un escaso acierto exterior, estaban 1-1 y disfrutaban de la posibilidad de sentenciar en casa, a pesar de la dificultad de ganar los tres partidos centrales, algo que solo Pistons en 2004 contra Lakers y los propios Heat en 2006 contra los Mavs habían logrado.
El tercer partido parecía el momento adecuado para que Dallas diera un puñetazo en la mesa y demostrara que era el favorito que todo el mundo esperaba. Dirk llegaba pletórico al American Airlines Center, con el subidón de moral del segundo partido, y Miami llegaba sumido en un mar de dudas al dejar escapar un partido que dominaba 88-73, pero con la clara intención y la obligación de ganar al menos un partido en Dallas. Con estas premisas saltaron ambas escuadras a la cancha. Se volvieron a dar algunas circunstancias parecidas al primer partido de la serie final, el perímetro de Dallas muy debilitado, el banquillo solo produjo con Terry, ya que Barea estuvo perdido, Wade y Lebron pudieron correr y de nuevo surgió la figura de Mario Chalmers y sus 4 triples. Nowitzky estuvo sublime, pero necesita mayor producción del banquillo, gente como Stojakovic tiene que surgir. Los Heat lograron ganar por dos con canasta de Bosh y de ese modo dominar la serie 2-1.
Para el cuarto partido Miami deberá ser más agresivo, salir al contraataque y seguir cerrando el perímetro de Dallas. Otra clave será que alguien del banquillo acompañe, Chalmer o Miller, junto con el trabajo sucio de Haslem. Para Dallas es un "must-win game", o ganan o se acaba casi todo. Kidd deberá implicar al resto de secundarios, ya que Nowitzky solo no puede ganar, se necesita que Barea, Stojakovic y Terry sigan funcionando a pleno rendimiento. Con el talento que tienen surgirán los tiros abiertos y Dallas empezará a enchufar, si no es así, Miami tendrá mucho ganado.
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