El temido lockout o cierre patronal en su traducción al castellano vuelva a poner en jaque a la NBA. Los temidos nubarrones de la crisis económica que está sacudiendo al planeta se ciernen sobre el universo otrora intocable e inabordable de la NBA. Estamos sumidos en el cierre patronal y nadie puede saber cuándo iniciará la competición. A pesar de que todos son pesimistas sobre un inicio de la competición en noviembre, hay motivos para la esperanza, pero primero de todo analicemos por qué se produce este cierre patronal.
La primera respuesta es, económica. Los contratos de los jugadores eran cada vez más altos y eso en la época de bonanza no se notaba mucho, pero ahora, con la crisis, ha llegado a un ahogamiento financiero tremendo para las franquicias. Las pérdidas se iban acumulando entre las franquicias, al menos 23 de las 30 estaban perdiendo dinero, y eso es algo que hacía que el producto NBA fuera cada vez más difícil de mantener. Las franquicias punteras y con mercado, como Lakers, Celtics, Heat o New York, seguían aumentando sus ingresos, pero las demás, sin un mercado grande, estaban sumidas en pérdidas millonarias. La NBA pensó que poner un tope salarial supondría evitar que las franquicias perdieran dinero, además de dar igualdad a la competición, al disponer los equipos de las mismas cantidades económicas. Sin embargo este límite salarial, establecido en 70 millones de dólares, pronto se vio aumentado en los tribunales, mediante las famosas excepciones llamadas "Bird" y "mid-level", y con la genialidad de Stern de favorecer a aquellos equipos que más gastaban (y también más generaban) como Lakers y Knicks. Estos equipos, y aquellos que superaran este límite, debían abonar otro millón de dólares por millón superado.
El segundo punto es el reparto del "pastel" de la NBA. Actualmente los jugadores se llevan un 57% del total de los ingresos, y la NBA no quiere saber nada de ese porcentaje y propone una bajada que podría llegar hasta el 43%, algo que los jugadores no quieren aceptar. Si ello se produjera, jugadores como Kobe podrían ver bajar su salario en 7-8 millones de dólares por temporada. ¿Puede haber una solución? Creo que sí, hay jugadores que ya han ganado mucho y, estando en sus últimos años de contrato, no se pueden permitir estar un año parado. A pesar de todo, la NBA ve en una ratio 50-50 la solución más justa, algo que gusta a las franquicias (por aquello de ahorrar en salarios de jugadores), pero que disgusta mucho a los jugadores.
Pero los puntos más importantes son aquellos referidos a televisiones, seguros y salarios. ¿Implica el lockout que los jugadores no cobren? Sí, la respuesta es afirmativa. De hecho, los más afectados serán los novatos, ya que sus contratos se ejecutan si la temporada inicia, y ello significa que no pueden disponer de sus nóminas hasta que empiece la temporada, de hecho, algún novato ha pedido créditos bancarios o se ha tenido que ir a casa de sus padres. ¿Afecta también a los profesionales con contrato? También. Estos jugadores tienen garantizado su salario hasta septiembre, pero en octubre no cobrarían sus nóminas si no hubiera temporada, a menos que hayan hecho como algunos jugadores, entre ellos Ben Gordon o Zach Randolph, que decidieron distribuir su salario en 18-24 meses para evitar los efectos del lockout. Los demás tendrán que buscar jugar en otra parte para percibir sus nóminas, pero, ¿es tan fácil eso? o ¿hay riesgos? Evidentemente que los hay. El primero de todo el de las lesiones. Los jugadores NBA con contrato en vigor, que decidieran jugar en cualquier otro equipo, no disponen de seguro médico del equipo NBA que les paga y, en caso de una lesión grave, no serían indemnizados por su club, y tendrían que hacer frente a los costes de operaciones y demás. ¿Pagaría su club de acogida un seguro? En absoluto, dicho club ya tiene bastante con hacer frente a la nómina de un jugador que, en la mayoría de los casos, jugará durante los meses que dure el cierre patronal, con la consecuente pérdida deportiva para ese club que lo ha contratado. Las televisiones tampoco pueden permitirse que no haya temporada, tanto ABC, TNT, NBA TV como ESPN y otras televisiones locales tienen contratos en vigor con la liga y un año sin partidos les lastraría económicamente, pero no sólo a ellas, sino a la NBA y los equipos y haría que tanto los productos de merchandising como los aficionados y la marca NBA en todo el mundo, se desplomara. Nadie se puede permitir volver a la temporada 98-99, en la que se produjo el anterior cierre patronal, ya que a raíz de esa temporada, la NBA caminó sin rumbo fijo hasta hace unos pocos años en los que la rivalidad Lakers-Celtics la rescató. A pesar de todo, sigo creyendo que el día 1 de noviembre empezará todo, todos tienen mucho que perder con el cierre patronal, y los jugadores serían los más perjudicados junto con los aficionados, ya que no percibirían sus nóminas al estar paradas todas las operaciones. También Stern, y su astronómico sueldo de 15 millones de dólares, se vería afectado por este cierre, en su caso por voluntad propia. A pesar de todos los nubarrones, el universo NBA encontrará acuerda entre Derek Fisher, Billy Hunter y Mr Stern, nadie ganaría si no hubiera liga.
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