Nos dejó el gran Seve

Hablar de Seve Ballesteros es hacerlo de uno de los grandes deportistas que ha dado nuestro país. El golfista de Pedreña no solo contribuyó al crecimiento de un deporte minoritario en nuestro país como era el golf, sino que acabó con la gran injusticia que existía en el mundo del golf, y que no era otra que el monopolio ejercido por los Estados Unidos, los cuales consideraban exclusivo el mundo del golf con la creación de su circuito, el llamado circuito americano. Seve ayudó a la expansión y crecimiento del circuito europeo, ayudó a luchar contra el poder establecido por los americanos y a demostrar que el golf europeo podía competir de igual a igual con ellos. El mundo del golf sufrió un "boom" en nuestro país, y mucha gente empezó a descubrir lo maravilloso que es este deporte. No solo surgieron los granes jugadores británicos, como Darren Clark, Collin Montgmomery, Ian Woosnam, Nick Faldo o Harrington, sino también españoles como Sergio garcía, Olazábal o Jiménez y europeos como Bernhard Langer. Con Seve se impulsó de nuevo el interés en derrotar a los Estados Unidos en el desafío que se disputa cada dos años, la Ryder Cup, jugada originariamente entre la Europa británica y los Estados Unidos, y que con Seve empezó a abarcar también al resto de países europeos.

A nivel personal Seve ganó muchísimo, de entre todas sus victorias destacaron sobremanera sus 5 major y sus 6 Ryder Cups, que lo encumbraron a los altares de este deporte. Con él Europa empezó a creer y a crecer a nivel golfístico, y él transmitió ese espíritu al continente, que tuvo su ápice en la Ryder disputada en Valderrama en 1997. Seve luchó mucho porque la Ryder llegar a nuestro país, y una vez allí, el equipo europeo cuajó una gran actuación, guiado por el gran Seve. Esa Ryder la ganó como capitán del equipo, un equipo comandado por el gran Monty y Sergio García, pero siempre guiado por Seve.

Desgraciadamente, el futuro le tenía reservado un final trágico al genio de Pedreña. En 2008 fue intervenido de un tumor cerebral, poco después de sentirse con mareos en un aeropuerto. Recuerdo que aquella noticia me hizo estar muy triste, como si la sintiera de cerca. Fue el principio del fin para Seve. El gran Seve luchó durante tres años, llevó a cabo su fundación, e incluso pudo crear su Seve Trophy. La semana pasada nos dejaba para siempre, pero lo que nunca nos dejará será su contribución al mundo del golf y su tremenda entereza y solidaridad por los demás. Hasta siempre Seve.