Hoy vamos a hacer un sentido homenaje a una de las grandes del tenis femenino. La semana pasada conocimos la retirada de una de las tenistas más destacadas de la historia y que decidió retirarse de la competición a los 28 años a causa de una lesión crónica en el codo.
Justine Henin (Liège, 1982) creció en una situación difícil en los primeros años de su infancia. Vivió el drama de perder a su madre cuando tenía 12 años, con todo, la vida le reservaba otros momentos tristes, como fueron la muerte de su hermana Florence (Justine tiene otra hermana llamada Sarah y un hermano llamada David) y la separación matrimonial en 2007. Desde muy joven se veía venir que iba a ser una de las figuras emergentes del tenis, si bien en su camino encontró astros de la raqueta como las hermanas Williams y la gran Martina Hingis que la pusieron a prueba. Toda esta competencia no fue obstáculo para que alcanzara el primer puesto en la clasificación de la WTA y lo ostentara durante 117 semanas. Entre sus logros más importantes destacan sus 4 victorias en Roland Garros, sus 2 US Open, dos Wimbledon y 1 victoria en el Abierto de Australia, además de victorias en torneos menores.
Una de las anécdotas, dejando de lado la vertiente deportiva, se dio cuando se casó y empezó a adoptar el apellido de su ex-marido, cosa prohibida por la legislación belga, que prohíbe que una mujer adopte el apellido del marido, ella lo siguió usando a pesar de la ley.
Ahora aparca para siempre su relación profesional con el tennis para dedicarse a sus menesteres, pero estoy seguro que allá por las bonitas tierras de Valonia empezará a poder hacer todas aquellas cosas que su exitosa carrera le impedían hacer, y quizás en el futuro, veamos a otra Henin intentando emular a su madre. Para despedir, lo haremos en la lengua que hablan en su zona:
tot ziens en veel succes met jou leven (hasta la vista y mucha éxito en tu vida)
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